Introducción
Cada vez hay más evidencia de que la alimentación puede desempeñar un papel clave en el riesgo de desarrollar depresión. A pesar de la abundante información que vincula los alimentos ultraprocesados (Ultra-Processed Foods (UPF), por sus siglas en inglés), caracterizados por su alta densidad energética, sabor atractivo y facilidad de consumo, con diversas enfermedades, aún existen pocas investigaciones que analicen su relación específica con la depresión.
Los estudios previos han enfrentado limitaciones, como el uso de datos dietéticos a corto plazo y dificultades. . .
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